DEPORTES

El reloj marcaba las 15:30. Era la hora estipulada para el comienzo del Superclásico en el Estadio Monumental. Después de 17 meses, volvían a verse las caras de manera oficial River y Boca, o Boca y River...
Gran expectativa rondaba entorno a este encuentro; sin duda, el más importante del fútbol argentino y uno de los más importantes a nivel mundial.
Las tribunas, repletas de gente alentando a sus respectivos equipos, mostraban a la clara el entusiasmo y la pasión con la que, ansiosos, esperaban el comienzo del partido. Tras el minuto de silencio en honor al fallecido ex-presidente Néstor Kirchner, el arbitro Pablo Lunati pitó el inicio.
El equipo Millonario consiguió dominar el partido desde el arranque cuando, a tan solo un minuto y medio de juego, y a través de un magnífico tiro libre de Ponzio, marcó la ventaja. De esta manera, al grito del gol, logró hacer vibrar a todo el Monumental. Quizás la jugada quedó desdibujada por la floja reacción del arquero visitante, pero poco importó eso, ya que significó para River la ventaja ante su rival de toda la vida.
Luego la banda siguió aprovechándose de la ineficiencia de la defensa de Boca, que logró sobrevivir gracias a la seguridad de Guillermo Burdisso. Sin embargo, gracias a la movilidad del uruguayo Mora, el equipo dirigido por Almeyda, logró darse cuenta cuál era el punto flojo de Boca.
La delantera del "Xeneize" no logró generar peligro en el área contraria; es así que la primera jugada de riesgo para River fue alrededor de los 34 minutos, con un débil cabezazo de Viatri, que sin problemas terminó en las manos de Barovero.
Minutos después, finalizó un diluido primer tiempo en el que, si bien el Millonario se aventajó, el juego no fue bueno y las posibilidades de gol no fueron abundantes.
Luego del descanso, ni bien los jugares ya estaban en la cancha dispuestos a iniciar el segundo tiempo, Falcioni es expulsado por una demora en su ingreso al campo de juego.
Durante el inicio, los roles se invirtieron y, con Lautaro Acosta en lugar de Clemente, el Equipo de la Ribera se vistió de protagonista; puso a River en su arco, y generó opciones claras de gol. Sin embargo, al pasar los minutos, el encuentro se volvió chato y el desorden brilló en el centro de la escena. Boca siguió mostrando falencias y a los 25 minutos del segundo tiempo, tras una muy buena jugada gestada por Trezeguet, y un gran pase de Carlos Sánchez, Mora ingresó habilitado al área, eludió a Orion, y definió de manera precisa. Así, River festejaba el 2 a 0.
Mientras que Boca era una catarata de dudas, nadie se imaginó lo que 5 minutos más tarde sucedería. Tras un penal claro de González Pírez a Lautaro Acosta, ejecutado por Silva, el Xeneize logró descontar y llenó de esperanzas a todos los boquenses.
Ya en tiempo de descuento y, tras un error de Trezeguet, Silva habilitó con el pecho a Erviti, que logró desprenderse de la marca de Botinelli para definir y marcar el empate.
En lineas generales, el partido fue malo; no hubo opciones claras de gol, ni tampoco jugadas habilidosas por parte e alguno de los equipos. No se vió un juego fluído, más bien diría fue todo un pelotazo. Teniendo en cuenta cómo se dío el partido, Boca ganó un punto; mientras que River, merecedor de un triunfo, terminó perdiendo dos puntos.
© Por Lara Safini
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